Todos estamos pasando por este trance de estar confinados por el estado de alarma. Unos más otros menos, ya que algunos salen porque tienen un deber que atender, laboral o atender a alguna persona mayor; y otros porque se buscan excusas para salir.
Unos compran un paquete de tabaco, para poder salir al día siguiente a comprar otro, otros hacen poca compra de alimentos para poder salir más veces a hacer compras o cualquier otro tipo de excusa para eludir la obligación de mantener el confinamiento . Otros, hacemos compra de semana entera, no buscamos excusas para salir y si además no tenemos mascotas, pues, pasamos más que un confinamiento una especie de arresto.
Confinados, y si encima eres de esas personas raras como yo que no encienden la telematrix durante semanas, pues no quedan las redes sociales para poder tener noticias del exterior. Pero estas están monitorizadas por las autoridades en un claro ejercicio censor y en contra de la tan cacareada de libertad de opinión.
Así pues, en soledad, para quienes vivimos solos, el confinamiento lleva a la larga cambios de humor de un día para otro, que el protagonista no suele percibir y al no haber personas alrededor que lo perciban y te den aviso, pues, éstos desaparecen como lágrimas en la lluvia.
No obstante, para pasar el tiempo y llenar de algo la vida rutinaria en esta especie de arresto, a parte de las clásicas labores domésticas; desde el principio me propuse hacer un vídeo de algunos minutos, cada uno de los días y subirlos a YouTube. Una forma más actual de contar los días del confinamiento, que en algún caso, podría tener un símil en las marcas que hacían en una pared de la mazmorra algún preso de antaño.
Muestro en una bitácora de vídeos en YouTube uno a uno los días del confinamiento con la curiosidad de cada uno de ellos.
Así, como esto se alarga, se hará de difícil visionado todos y cada uno de estos vídeos. Pero puede que alguno despierte curiosidad.
Espero que guste.